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Camino de Santiago desde Madrid

Décimo cuarta y Décimo quinta jornada: Tábara – Mombuey (14-6-2004 / 15-6-2004)

Décimo cuarta y Décimo quinta jornada: Tábara – Mombuey (14-6-2004 / 15-6-2004)

Décimo cuarta jornada: Tábara – Calzadilla de Tera  (14-6-2004)

  Los franceses nos despertaron con sus movimientos a las 6 de la mañana y sin dudarlo me levante a preparar los trastos. En veinte minutos ya estaba listo para iniciar la marcha, ellos todavía seguían preparándose. El catalán y yo salimos a la vez y los primeros metros los hicimos juntos. En la carretera nos separamos el marchó para Faramontanos y yo para Bercianos de Valverde. Esta es una realidad del Camino los peregrinos se conocen durante unas horas, comen, duermen y respiran el mismo aire, y un día después ya no se ven más, aunque sus recuerdos perdurarán toda la vida. 

  El camino sale desde la torre de San Salvador por un camino agrícola en magnífico estado que va paralelo a una carreterita que más adelante se atraviesa. Todo este tramo se realiza entre viñedos y castaños. Las flechas se ven perfectamente en este camino ascendente que nos llevará en un par de horas al valle del río Tera. Cuando cambiamos de valle el paisaje que puedes ver es de encina y jara. 

  Tengo la sensación de estar en otro país diferente al de días anteriores, es un recorrido de suaves ondulaciones y sin tanto calor. 

  No encontré ninguna dificultad hasta Bercianos  de Valverde al que llegue a las 10 de la mañana. Busque un bar para desayunar que abría en ese momento y conseguí tomar un café y unas magdalenas caseras que me supieron a gloria.  

  A las 10 y media reanudo la marcha poco a poco. La salida del pueblo se hace en cuesta pudiendo contemplar algunas bodegas enterradas en el suelo. Esta cuesta apenas dura un kilómetro luego ya todo es bajada hasta Santa Croya de Tera. Este pueblo se encuentra al lado del río Tera y se encuentra al lado de Santa Marta de Troya.  

  Aquí pasé a la iglesia para que me sellaran en el lugar donde se encuentra el Santiago románico más bonito de la Vía de la Plata. Es impresionante su belleza y sencillez. Es difícil pensar como su autor con una simplicidad notoria hiciera una obra de arte como esta. Este se encuentra en un capitel en la parte de atrás de la iglesia aunque existe una copia en el interior. Un sacerdote mayor me dirigió a su casa donde me selló la credencial y me dijo palabras de estímulo para continuar el camino. Persona muy entrañable que bien merece una visita. 

  A la una de la tarde continuo la marcha siguiendo paralelo al río Tera entre huertas y chopos que refrescan el ambiente. A las dos de la tarde llego al puente Pumarejo donde hay un camping. Aquí observo un merendero al lado del río rodeado de una extensa zona verde, y no lo dudo para allá voy. Me pido una refrescante cerveza y aprovecho para comer opíparamente. Antes de la comida me doy un baño en el río, consiguiendo comer fresquito como si fuera un campista.  

  Después de comer a las 4 reanudo la marcha despacito entre hermosas alamedas junto al río hasta que se llegue a Calzadilla de Tera. Las flechas me llevan a una iglesia vieja y medio en ruinas. La iglesia, tal como está, da algo de pena, como casi todos los edificios antiguos que conocieron tiempos mejores. A la derecha y detrás de la iglesia se cruza un puente sobre un canal y se tira a la izquierda por el camino junto al canal. A unos dos kilómetros cruce otro puente sobre el mismo canal y ya llegue a Olleros de Tera.  

  Estaba cansado y un poco tostado por el sol así que busque alojamiento, consiguiendo hospedaje en una casa de adobe que se accedía a través patio interior del bar. La primera sensación fue de cochambroso pero luego le encontré el encanto de poder dormir en una casa como las de hace un siglo. Las paredes no estaban pintadas y se podía ver el adobe. El colchón era de lana sobre una cama de madera. En las puertas había que tener cuidado de no darte con el dintel, pero tenían una buena ducha con agua caliente. El frescor era notable entre sus muros de más de medio metro. Me cobraron 5 euros por la noche. 

  Este es un pueblo bastante pequeño sin demasiados servicios aunque si tenía dos bares y un restaurante.  

  Un día de camino solitario pero con el ánimo bien templado por un paisaje maravilloso. No había visto ni a un solo peregrino en todo el día, que diferencia con otros caminos. A las 10 de la noche estaba durmiendo tranquilamente y meditando en el la próxima jornada que me llevará hasta Mombuey. 

  Los números del día son los siguientes: 

  Fecha.- 14 de junio del 2004.

  Pasos.- 48000.Kilómetros.- 33,8 kms.

  Hora de salida.- 7:00.

  Hora de llegada.- 18:30

  Tiempo andando.- 9 horas   

  Décimo quinta jornada: Calzadilla de Tera  - Mombuey (15-6-2004)  

      Dormí como un lirón en aquella cama que chirriaba. Me levante a las 6 de la mañana y tras preparar los bártulos salí a la  calle. La mañana era fresca. 

  La señalización en este pueblo es un lío, según la guía marca que hay hasta cuatro posibilidades. Yo tome la calle que lleva a la iglesia y pasada ésta seguí hacia Otero de Bodas. Luego, a la derecha, sale una carreterilla flanqueada por postes de la luz que, a unos tres kilómetros, desemboca en otra más ancha. Siguiendo ésta, a la derecha, se llega a la presa del pantano. 

  Atravesé la presa y, a los pocos metros, cogí una carreterilla asfaltada. En este recorrido pude observar como un azor observaba el valle sobre un poste y en un momento determinado se dejaba caer suavemente sobre las aguas del pantano sin apenas mover las alas. La carreterilla bordea el pantano y nos lleva a Villar de Farfón. 

  Una senda poco señalizada pero sin pérdida me lleva a Rionegro del Puente. Detrás del Santuario de la Virgen de la Carballeda, a la izquierda de la carretera, descanso y tomo un café. El propietario del bar me contó la siguiente leyenda:  

  “Un peregrino se encontró en su camino con la imposibilidad de cruzar el río Negro debido a una gran crecida. Invocó a la Virgen, la cual ayudó al peregrino a cruzar el río utilizando su capa como si de una barca se tratara. Finalmente al llegar a la otra orilla se agarró a la rama de un gran carballo. Fue en ese lugar donde el peregrino construyó una ermita que con el paso de los años se convirtió en el santuario que ahora nos encontramos”. 

  En la fuente enfrente de la Iglesia lleno la botella de agua, el calor empieza a notarse. 

  Se sale hacia Mombuey por un camino a la derecha de la N-525 que se toma en el mismo Rionegro y que cruza bajo la autovía. Al llegar a la carretera de Santa Eulalia el camino desaparece y quedan dos alternativa: seguir los postes del tendido eléctrico campo a través o el arcén de la N-525. Me encuentro cansado y decido seguir por la carretera.  

  En un bar de carretera aprovecho para tomar un café y tomarme un respiro. 

  Una hora después estoy llegando a Mombuey con un calor insoportable. Me dirijo al albergue y una nota me indica que las llaves las dan en el Hostal A Rapina. Allá me dirijo. Pido las llaves y me dicen que el alcalde tiene que darme las llaves. Me pasan a un despacho y el señor alcalde, y propietario del hostal, me somete a un interrogatorio con no demasiadas buenas maneras. Me da la sensación que no le hace gracia que el albergue le haga la competencia. Llama al alguacil y le dice que me lleve al albergue.  

  El albergue parece un almacén en el que hay de todo. Hay dos camas de hospital y varios colchones en el suelo. Después de asearme decido ir a comer al hostal. Cuando estoy llegando veo a dos peregrinos que vienen por la carretera. 

  Son dos amigos del camino, que han empezado en Sevilla y que hacen medias de 50 y 60 kilómetros diarios, ¡una barbaridad! Les indico donde está el albergue y vamos a comer juntos. Me cuentan que ellos se levantan a las tres de la madrugada y a medio día suelen estar en destino. Se conocieron hace un par de años en el camino Francés y congeniaron tan bien que año tras año siguen juntándose para hacer diferentes caminos. Me sorprende las medias pues no son gente joven, deben rondar los sesenta años. Hacen muchas etapas casi por carretera para ser más directos. Hoy vienen desde Tábara.  

  Después de una opípara comida y de una copita de orujo, me satisface tener un rato de conversación con gente que está realizando una andadura similar. 

  Después marchamos a una merecida siesta. A las siete visitamos la iglesia que tiene una bonita torre románica. Tomamos unas cervezas y una tabla de embutidos, antes de marchar al reposo del peregrino. La jornada ha sido más tranquila que días anteriores pero mi ánimo no estaba muy boyante. Voy notando los días y el cansancio. No todos los días se encuentra uno en plena forma. El contacto con otros peregrinos me vitalizó. 

  Los números del día son los siguientes: 

  Fecha .- 15 de junio del 2004.

  Pasos.- 32800.Kilómetros.- 23,8 kms.

  Hora de salida.- 7:00.

  Hora de llegada.- 13:30

  Tiempo andando.- 6 horas

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