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Camino de Santiago desde Madrid

Décimo octava y décimo novena jornada: Lubian - Laza

Décimo octava y décimo novena jornada: Lubian - Laza Décimo octava jornada: Lubian – A Gudiña (18-6-2004)

   Me desperté a mi hora habitual y preparé mis cosas con calma esperando que mi amigo alemán se desperezara, me dijo que quería hacer el recorrido solo para pensar en su cosas y pensaba comprar algunas cosas en el pueblo. Así que emprendí el día sólo y agradeciendo el ir sólo, por que así podía ir a mi ritmo. 

  El camino comienza con una bajada hasta el río Tuela y poco después se llega al magnífico monasterio barroco de la Tuiza y un poco más adelante a la ermita de la Virgen de las Nieves. Aquí hay un área de recreo en el que es posible descansar un rato. 

  Desde aquí se inicia la subida por un sendero lleno de vegetación del puerto de A Canda. Esta subida, que nos llevará hasta Galicia, es mucho más brusca que la del Padornelo, 300 metros de desnivel en tres kilómetros y medio. La subí con cierta soltura y sin hacer paradas. Arriba llegue a las dos horas de iniciar el recorrido y decidí parar en la fuente junto a la antigua nacional. 

  En este punto hay un deteriorado mirador con una magníficas vistas sobre Zamora llegando a divisar el Padornelo. Aquí también se encuentra un letrero que nos indica el cambio de provincia, entramos definitivamente en Ourense. También en este punto podemos ver la primera escultura en piedra con motivos jacobeos de Carballo, estas nos acompañarán en todos los cruces importantes.  En este punto se inicia una trepidante bajada tan pronunciada como la subida que nos lleva hasta el primer pueblo gallego, A Canda. Es un pequeño pueblo sin ningún servicio para el peregrino. Un poco más abajo nos encontramos el pueblo de Vilavella. Este si que tiene una zona de servicios, bares, restaurantes, tiendas y hostales. Aproveche para tomar el desayuno, después de tres horas y media de camino. 

  Continuamos la bajada, ahora ya algo menos brusca hasta O Pereiro, en este encontramos la bella ermita de Ntra. Sra. De Loreto.  Aquí se acaba la bajada y se inicia otra subida lenta pero ya muy pesada por el recorrido que llevamos que nos lleva a O Canizo. 

  Aquí aproveche para tomar una cerveza y de paso tomar una ensalada en un bar que abre al paso del peregrino. La señora que lo atiende cuando me vio pasar me dijo que pasara y descansara un rato en su pequeño bar. Se estaba muy fresco en el interior en comparación del calor de ese día de junio. 

  A las dos y media de la tarde reemprendí la marcha con el ánimo un poco más templado. No tenía prisa pero los cuatro kilómetros que separan de A Gudiña se hicieron apenas en una agradable hora por caminos en bajada. Un poco antes de entrar en la población se atraviesa por un puente la Autovía y en medio kilómetro mas se llega al centro del pueblo. 

  Busque el albergue y enseguida me encontraba en él, tuve que llamar a un teléfono que marcaba y apareció un miembro de protección civil que tomó nota de mis datos. El albergue tiene 24 plazas en 12 literas en la parte superior y un salón y cocina bastante grandes en la parte baja. Mientras me duchaba aparecieron dos peregrinos que venían del alto del Padornelo. Uno era sevillano y otro uruguayo habían iniciado el camino en Sevilla. Hacían etapas de cincuenta kilómetros. Me comentaron que en Zamora se habían cruzado con el peregrino catalán que iba en sentido contrario. 

  Me eche una espléndida siesta antes de recorrer el pueblo. Visité la Iglesia de San Martiño. Recorrí durante unos metros el camino del próximo día que pude observar que era por una carreterita en subida. 

  De vuelta al albergue para dejar las vituallas del día siguiente estaba mi amigo alemán. ¡Que novedad estar cuatro peregrinos en un albergue! 

  Cenamos en el restaurante Carlos una espléndida cena rodeados de una excursión a Santiago que había salido esa mañana desde Madrid. Nos miraban como bichos raros. Ellos consiguen llegar en un solo día y a mi me costará más de veinte.  

  Después de un buen orujo y un paseo nos dirigimos a descansar en el albergue. Nuestros compañeros nos dijeron que ellos partirían a las cinco de la mañana pues querían llegar a Villar de Barrios. 

  Los números del día son los siguientes: 

  Fecha .- 18 de junio del 2004.

  Pasos.- 33714.Kilómetros.- 23,6 kms.

  Hora de salida.- 7:00.

  Hora de llegada.- 15:00

  Tiempo andando.- 6 horas

 Décimo novena jornada: A Gudiña - Laza  (19-6-2004)

  En esta jornada tendríamos dos posibilidades ir por las Ventas hasta Laza o bien ir por Verín. Decido que me resulta más atrayente un recorrido de montaña donde estaré más de 15 kilómetros a más de mil metros de altura. 

  A las 5 de la mañana nos despiertan nuestros compañeros al hacer su equipaje, pero apenas en 10 minutos vuelve el silencio y conseguimos dormir sin ningún problema hasta las 6 y media. A estos compañeros no los volveremos a ver como suele pasar constantemente en el camino. Aquí cada cual lleva su ruta y marca su marcha, tiene un enorme parecido con la vida, donde tenemos que tomar constantemente decisiones que nos acercan o nos alejan de los compañeros de viaje o de vida. 

  Diaetrich y yo marchamos después de tomar un yogur y unas cuantas galletas. El día se presenta a primera hora como lluvioso y es preciso que pongamos el poncho. Es un sirimiri ligero que durante una hora nos irá refrescando. La verdad es lo agradezco después de tantos días de solanera y de agobios. Se empieza el recorrido por una carreterita en la que sólo pasó un coche en los 10 kilómetros que la seguimos. Poco a poco vamos ganando altura hasta que en cinco kilómetros llegamos a Venda do Espiño da Cerderira. Son apenas cuatro casas con un par de explotaciones ganaderas y un cerezo al que debe su nombre la población. Sólo nos cruzamos con un campesino vestido con un mono azul y que iba arreando sus vacas. Ni siquiera se detiene a mirarnos. Debe estar su mundo tan lejano de nuestra peregrinación que no le debe causar ninguna sensación y prefiere ni observarnos. Desde aquí las vistas son espléndidas sobre la Sierra Seca. Nos acompaña intermitentemente los túneles del tren que une Puebla de Sanabria con Ourense. 

  Seguimos por la carretera con unas vistas maravillosas y solitarias y notando que el ascenso se ha suavizado y estamos empezando a llanear. Sigue así el recorrido hasta Venda  Teresa. Aquí no vemos a ningún persona. Al salir de la población no volvemos a la carretera sino que se coge un camino que nos lleva hasta la siguiente Venda, Venda Capela. En este punto comenzamos a ver el Embalse das Portas y por detrás la sierra de San Mamed, la sierra de Queixa y los montes do Invernadeiro, dominados por el pico Seixo, Majadales y Cabeza de Manzaneda. Es vista se tendrá hasta la bajada a Campobecerros. Por el camino que llevábamos llegamos a otra carreterita, diferente a la que llevábamos. 

  Cuando llevamos 14 kilómetros llegamos a la Venda da Bolaño, la última. También sin ningún servicio para el peregrino. Un poco después se inicia un descenso brusquísimo hasta Campobecerros donde llegamos con 20 kilómetros en las piernas y sin un solo descanso. Son las 11 y media de la mañana y se impone un descanso. Este lo conseguimos en un bar. Recogemos el poncho y el ánimo se nos alijera. El sudor nos había deshidratado. Tras una cola y un bocata sentimos como las fuerzas vuelven. Las vistas de esta etapa son incomparable y vale la pena el esfuerzo de realizarla. Es magnífica la iglesia de la Asunción con un moderno Santiago en la portada. 

  Se sale hacia Porto Camba por una carreterita que apenas en tres kilómetros nos coloca en el centro del pueblo. Se deja la aldea y se sube hasta una cruz, erigida en memoria de los peregrinos fallecidos en el Camino. Las vistas vuelven a ser fabulosas. Aquí se coge una pista asfaltada que de forma muy decidida empieza a bajar. 

  Una hora después, y ya cerca de las dos de la tarde llegamos a As Eiras un hermoso pueblo que recibe maravillosamente a los peregrinos. Tienen preparada un área de descanso con una fuente y un comedor de madera. Aprovechamos para descalzarnos un rato para que nuestros sufridos pies respiren y descansen. También damos cuenta de las viandas que llevábamos en la mochila. Estuvimos cerca de una hora disfrutando de las vistas espléndidas.   

  Continuamos el recorrido por un pista de tierra que sigue bajando decididamente, se pasa de mil cien metros a menos de quinientos en diez kilómetros. 

  A las seis de la tarde llegamos a las estribaciones de Laza, donde preguntamos por el albergue a un agricultor que estaba limpiando los campos de patatas. Nos dirigió directamente a protección civil. Este pueblo nos pareció toda una ciudad después de las aldeas recorridas. Aquí nos sellaron las credenciales y con un todoterreno nos acercaron al mismo, son apenas quinientos metros que agradecieron nuestras piernas. 

   El albergue es todo un lujo baste decir que se parece más a un Centro Cultural. Aprovechamos para refrescarnos y descansar un rato antes de dar una vuelta por el pueblo. Había un peregrino mayor y una pareja que iniciaba hoy el camino. El de protección civil nos dijo que había algo de comida en la nevera y si comprabamos algo en la tienda no era necesario que saliéramos a cenar. Había un plato de espaguetis, un par de tomates y unas magdalenas. Así que nos fuimos a comprar una lechuga, un para de botellas de vino y algo de embutido a la tienda. Y otra sorpresa la tendera nos dio dos paquetes de yogures que caducaban dos días después y unos donuts para el desayuno. Antes de que se estropeen los artículos ella los da a los peregrinos para que los consuman. Esto dio lugar a una magnífica cena peregrina. 

  Dietrich y yo dimos una vuelta por el pueblo viendo entre otras cosas su hermosa iglesia gótica de San Xoán y un cruceiro sobre cuatro pilares. 

  Cuando volvimos al albergue había llegado un bicigrino de Barcelona que se unió a nuestra cena. Después de esta departimos en el salón durante un buen rato, contando las diversas experiencias y escribiendo en el libro de peregrinos. 

  A las diez y media de forma automática se apagaron las luces del albergue y nos marcó el momento de ir a dormir. 

  Etapa agotadora pero bellísima. Tuvimos la suerte de que las nubes nos acompañaran, en caso contrario es tremendamente necesario proveerse de agua y víveres. 

  Los números del día son los siguientes: 

  Fecha .- 19 de junio del 2004.

  Pasos.- 48857.Kilómetros.- 34,2 kms.

  Hora de salida.- 7:00.

  Hora de llegada.- 18:30

  Tiempo andando.- 9 horas

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