Undécima jornada: Medina de Rioseco - Villalpando (11-6-2004)
Me suena el despertador y me siento agotado por la etapa durísima de ayer, pero en seguida mi cabeza recuerda lo que hoy me espera. Un nuevo trayecto donde la aventura se incrementa por la ausencia de flechas que me guíen. Tengo en mi posesión unas fotocopias de mapas del Instituto Geográfico, que unen Medina de Rioseco con Granja de Moreruela. Me he estudiado en profundidad los mismos y he visto que es totalmente posible hacer el recorrido por caminos carreteros. Las referencias no son excesivas pero suficientes para que no haya pérdidas notables, solo en una ocasión tuve problemas pero se superó con muy poco de esfuerzo.
Con los nervios a flor de piel salí del hostal hacia la ermita de Nuestra Sra. Casaviejo. En este trozo encontré a un señor que paseaba todos los días hasta la ermita para solucionar sus problemas de colesterol y azúcar. No conocía el recorrido que debía seguir pero si conocía como llegar hasta la ermita. Se maravillo de que alguien saliendo desde Madrid pudiera llegar hasta Santiago.
Por el camino que lleva a la ermita se pasa un tendido de alta tensión y a un kilómetro sale un camino a la derecha que hay que continuar. Se debe seguir derecho hasta la bifurcación siguiente a la izquierda, se encuentra aproximadamente a kilómetro y medio del anterior. Desde este punto no hay que abandonar el camino hasta Morales de Campos que se encuentra a unos 12 kilómetros de Medina. Un poco después del desvío se encuentra otro tendido de alta tensión que hay que cruzar.
Este recorrido es totalmente solitario y las referencias muy pocas. Todo son campos de cereal, muy pocos árboles y muchos kilómetros de visión. La llanura es similar a la que se encuentra en el recorrido del Camino Francés entre Carrión de los Condes y Calzadilla de Cueza. Aquí no hay tanta distancia entre los pueblos pero estos no tienen ningún tipo de servicio. Con mis pensamientos puesto en la lejanía, mi ánimo se fue templando según fui siendo consciente de lo fácil que era seguir el mapa y los hitos se iban presentando.
A Morales de Campos llegue sobre las 10 de la mañana, todavía el calor no era notable pero amenazaba un día duro. Este pueblo apenas tiene 200 habitantes y ninguna tienda abierta. Parece que hay un bar pero lo abren por la tarde. Eso si, tienen una casa rural que en caso de necesidad puede servir de reposo (Casa Bolas). Con estas noticias decidí continuar la marcha a Cabreros del Monte que se encuentra a unos 9 kilómetros del anterior. Se sale por el camino del Cementerio.
Este camino se sigue recto atravesando al poco rato otro tendido eléctrico. A unos cinco kilómetros nos encontramos una bifurcación peculiar de cinco caminos, tenemos que tomar el segundo contando desde la derecha y ya todo seguido continuar hasta el pueblo. El calor se empezaba a incrementar y se hacia necesario rehidratarse.
Notaba el sol en la espalda y estaba deseando llegar a destino para descansar un rato. Este pueblo todavía es más pequeño que el anterior, apenas supera las 100 personas y los servicios que tiene son casi nulos. Cuando llegue a él necesitaba descansar y aproveche un soportal para soltar la mochila y para colocar las piernas en alto. Es necesario para esta etapa ser previsor y comprar algo de comer y llevar suficiente agua.
Después de descansar durante media hora, en la que no pude ver a ninguna persona, me puse en marcha. Vi a un grupo de abuelos a la sombra charlando del campo y fue la ocasión para preguntar por el camino que llevaba a Quintanilla del Monte por el Teso de la Maya. Esto último fue una pista fundamental, uno de ellos tenía alguna tierra en la zona y me acompañó hasta la salida del pueblo. Confiando a que el abuelo no se hubiera equivocado y sabiendo que este tramo no tenía ninguna desviación seguí observando los campos llenos de cereal, ya a estas alturas bastante seco y soñando con las olas que generaba la ligera brisa. El sol era aplastante. En este tramo se sale de la provincia de Valladolid y se entra en la de Zamora, concretamente un poquito antes del Teso de la Maya.
Siete kilómetros después se llega a Quintanilla del Monte. Se halla situada en una pequeña colina, próximo al río Valderaduey que significa la otra corriente, el otro río. Apenas tiene 150 habitantes. Cuando llegue vi un pueblo solitario y sólo en el centro vi un par de abuelos que estaban charlando antes de ir a comer. Les pregunté si había algún bar, me dijeron que abrían a las 3 para echar la partida. Me senté a la sombra un momento para recuperar. Llene la botella de agua en una fuente. Poco más adelante encontré un pastor que me dirigió a un camino que llevaba directamente a Villalpando tras cinco kilómetros de solanera cruel. Este camino cuando se aproxima a Villapando se convierte en una carretera que estaban asfaltando para una nueva urbanización.
A las 3 y media llegaba al pueblo y me fui directamente a un hostal de carretera para poder realizar la primera comida del día. Este hostal está enfrente a una gasolinera y muy cerca de la A-6. La habitación era suficiente para mi y la siesta fue inevitable después de las dos últimas etapas.
Por la tarde visité el arco de Santiago y el monasterio de las Clarisas, pero el paseo fue muy leve, llevaba acumulado el cansancio del día anterior y las fuerzas no estaban para muchos lujos. Además sabía que mañana tendría otra etapa donde el calor me fustigaría y debía recuperarme el esfuerzo.
Este día encontré preciosos campos de amapolas que llenan de color el campo y dan alegría al ánimo del paseante.
Los números del día son los siguientes:
Fecha .- 11 de junio del 2004.
Pasos.- 45714.Kilómetros.- 32 kms.
Hora de salida.- 7:00.
Hora de llegada.- 15:45
Tiempo andando.- 8 horas
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