CAMINO DE SANTIAGO DESDE MADRID (Prólogo)
CAMINO DE SANTIAGO DESDE MADRID (Prólogo)
(Viaje iniciado el 26/1/2002) Entrega 1ª (28/5/2006)
Disertaciones sobre el inicio de la aventura
El primer viaje a lo largo del Camino de Santiago me ha creado un “mono” especial. Muchas veces me encuentro a mí mismo rememorando ese recorrido de una semana que se produjo en Agosto del 2001. Fue un placer agotador y vivificante. El Camino tiene un enganche especial. Es un periodo de tiempo donde los problemas diarios desaparecen y comienzas una nueva vida, los conflictos se ajustan a los que crea el Camino y desaparecen los que existían antes y los que se piensa que sucederán después. Es un paréntesis en una vida. El esfuerzo es considerable, pero también halagador, pues consigues metas físicas impensables antes de comenzarlo. Creas una distancia con la vida diaria que te hace reconsiderar muchos de los actos y vivencias realizados hasta ese momento. El Camino es nacimiento y distancia. Es muy corriente oír a gente que lo ha realizado que era un antes y un después. Este nuevo reto en mi vida se inicio leyendo en internet la página de la Asociación de Amigos de los Caminos de Santiago de Madrid, en ella se describía el recorrido desde Madrid a Sahagún. Me captó la idea de poder salir desde mi casa y en el mismo día encontrarme recorriendo el Camino. También me ilusionó recorrer el valle de la Fuenfría en el Camino después de haberlo recorrido cientos de veces sin otra finalidad del placer de disfrutar de la montaña madrileña. Así mismo me serviría para coger la forma necesaria para a primeros de Junio realizar el Camino desde Roncesvalles.
Estos pensamientos e ilusiones me llevaron a la calle Carretas número 14 y afiliarme a la Asociación de Madrid. Me recibieron dándome de nuevo una charla sobre el Camino de Santiago, esta vez fue menos numerosa, apenas 5 personas y dos monitores, y mucho más participativa. En la anterior, la habitación estaba a rebosar y me costo más de media hora entrar, en esta la entrada fue directa. Cuando salí de la reunión manifesté la intención de asociarme. Me recibieron con los brazos abiertos. Era el 15 de enero del 2002. También conseguí la guía “Camino de Madrid a Santiago de Compostela”. Con ella en la mano y con gran ilusión decidí comenzar la andadura cuanto antes.
Con el objetivo en la cabeza me propongo dedicar cuatro fines de semanas para ir acercándome a Segovia y luego desde allí avanzar de forma continua hasta Santiago. No tengo prisa en finalizar el paseo, me gusta que los placeres duren y este es uno importante. Ir despacio respirando el ambiente de los pueblos y tierras que caminas es intentar vivir la realidad de las gentes que viven en esos parajes. Me atrae lo poco conocido de la ruta y él encontrarme en cantidad de momentos en soledad conmigo mismo. Fue desastrosa la experiencia del año pasado, cuando encontré en la etapa Puente de la Reina a Estella a cientos de personas haciendo el Camino y compitiendo por llegar al albergue antes que los demás. No importaba disfrutar del recorrido solo encontrar una cama al final del día. En este recorrido al saber la escasez de albergues no hay prisa en llegar pronto a los puntos de destino. Siempre nos estará esperando el albergue, hostal, camping o bóveda celeste. Tampoco estoy dispuesto a realizar grandes etapas, creo que con 25 o 30 kilómetros diarios es suficiente, me interesa ir despacio descubriendo las maravillas del paseo. Mañana iniciaré el recorrido e iré describiendo poco a poco mis experiencias y mis paseos. Pero bueno, las cosas se inician paso a paso y la primera etapa ya está ahí.
El equipaje intentaré que sea ligero, en estas primeras etapas en las que iré y volveré a Madrid en el día, me limitaré a llevar algo de comer y de beber, una gorra y la ropa de abrigo necesaria para la época del año. Supongo que con 3 o 4 kilos será suficiente. Más adelante cuando pase Segovia y necesite emplear más tiempo tendré que incrementar peso y cachivaches. De todas formas intentaré no sobrepasar los 8 kilos. Después de esta disertación creo que es el momento de iniciar la aventura.
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Daniel Rojo -