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Camino de Santiago desde Madrid

Tercera jornada. Plaza de Manzanares El Real a Estación de Cercedilla

Tercera jornada. Plaza de Manzanares El Real a Estación de Cercedilla

 Tercera jornada. Plaza de Manzanares El Real a Estación de Cercedilla

Esta mañana ha sido deseada durante toda la semana, con la esperanza que un día tan fantástico como él del sábado pasado se repita el próximo, y me deje caminar. La semana ha sido tremendamente dura, la presión me rodea. El trabajo ha llegado a obsesionarme cosa que no me pasaba desde hacía mucho tiempo. Antes había periodos de presión y periodos de relax, pero ahora todo es presión ascendente. Noto que hay momentos en que mi carácter está cambiando. Los dos últimos lunes, después de haber caminado, me encuentro lleno de energía y con ganas de emprender la tarea. Según va pasando la semana las energías van desapareciendo y aumentan las ganas de que llegue el sábado para emprender la marcha. 

Pensaba realizar estas primeras cuatro etapas a lo largo de dos meses, pero creo que las voy a realizar en menos de uno. Además las ansias de relax me llevan a pensar en emprender nuevas aventuras. El ejercicio y la naturaleza me hacen olvidar la presión laboral.  

Esta semana es posible enrollarme en pensamientos y ansias de los días previos, la etapa es tan corta que lo permite. Además, estos escritos son solo el diario de un peregrino, y como tal debe estar lleno tanto de las cosas que nos vamos a encontrar como de las sensaciones a lo largo de la peregrinación. También es cierto que esta peregrinación es un poco peculiar, por no tener una continuación diaria. Esta periodicidad semanal incluye los días laborales, que en el fondo son días de preparación para la etapa del sábado, y me interesa tanto la parte física como la mental. El ser humano es un todo del que no se puede separar lo físico y lo espiritual, por tanto todo lo que sucede desde que se inicio el paso hasta su fin, interesan a este relato. 

Como es habitual se comenzó el día con la música del despertador martilleándome las sienes, en un día que no me tocaba levantarme tan temprano. Eran las 6:45 de la mañana, casi como todos los días. Hoy no he dudado y me he levantado con una cierta decisión, sabía que la etapa era más suave que los días anteriores y que esta tarde la siesta era posible. Después de lavarme y meter en la mochila la cantimplora y una bolsa de frutos secos he salido de casa con ansia de llegar a Plaza Castilla, eran las 7:15. Andando llegué a la calle Delicias donde cogí el bus 45 hasta Atocha, donde a su vez cogí el 27 que me llevaba hasta Plaza Castilla. A las 7:55 me dirigí hacia un bar a tomar un café con leche con porras, es necesario empezar el día con energías. 

Cuando llegué a la cola del autobús este entraba en el andén en ese momento. Aunque había bastante gente no había demasiadas apreturas. Subí y me coloqué en la parte de atrás. Hoy había bastante gente montañera. Me sorprendió un grupo de jubilados que con sus mochilas alborotaban el autobús. No paraban de comentar diversas excursiones, se bajaron en Colmenar Viejo con una alegría envidiable. Se nota que Manzanares el Real es un pueblo montañero por las personas que iban en el autobús y se bajaron en este maravilloso pueblo de la sierra madrileña. 

A las 9:10 entramos en la plaza de Manzanares y sin pensarlo dos veces me dirigí al puente. Crucé el río por el viejo puente. Tuve que retroceder para enlazar con la primera flecha amarilla. Aquí observe a un caminante que había bajado conmigo del autobús, me sacaba unos 100 metros pero seguía la señalización de las flechas. Poco a poco le fui alcanzando y cuando llegué a su nivel le pregunté si estaba siguiendo el Camino. Con un poco de timidez en un primer momento me dijo que había realizado 11 veces el Camino y que hoy quería llegar a Cercedilla. Su nombre es Pepe y se dedica a la enseñanza, es maestro. También pertenece a la Asociación del Camino de Santiago de Madrid. Es una persona de amena charla y la verdad es que me ha hecho más suave el recorrido. Me ha sorprendido que constantemente me decía que íbamos de paseo, cuando la media ha sido parecida a otros días. Me hacía notar que se podían hacer ¡¡fácilmente!! 7 u 8 Km a la hora. Antes de conocerle y de andar juntos, le alcancé sin demasiada complicación; esto me hace pensar que algunos peregrinos son tan fanfarrones como los cazadores y pescadores, estos con sus capturas y aquellos con la velocidad de su paseo.  

Una vez fuera de las calles de Manzanares y tras una cuesta se alcanza la entrada a la Pedriza. El camino bordea la valla del Parque siendo un paseo muy agradable por el arbolado que acompaña al peregrino. La mañana era perfecta para pasear, hacía una temperatura ideal y el cielo estaba despejado y el sol calentaba sin quemar. Increíble este tiempo en el mes de febrero, veremos como viene marzo. 

En cuestión de una hora sin grandes cuestas se alcanza la ermita de San Isidro.  Esta ha sido reformada últimamente. Unas mesas y bancos de piedra han sido instalados en las proximidades para el disfrute de los vecinos de Mataelpino. En el recorrido hay algunas praderas con ganado vacuno. Tuvimos que atravesar una de las fincas entre las vacas, cosa que no me agrada pues aunque mansas se fijan mucho. El camino tiene constantemente al alcance los pedruscos de granito que definen el Parque Natural de la Pedriza. Son increíbles las formas de las piedras horadadas por el viento y el agua a lo largo de miles de años. En este Parque las formaciones de las piedras tienen nombre, así desde el camino es posible distinguir una enorme piedra redondeada, que es utilizada para aprender a escalar, denominada el Yelmo. De frente al camino es posible distinguir montes famosos como el Alto de Guarramillas y la Maliciosa. Estos dos montes con menos nieve que la semana anterior y mucho mas cercanos.   

A la hora y tres cuartos llegamos a Mataelpino, donde realizamos una parada para que Pepe tomara una coca y yo una naranjada. Lo hicimos en un parque infantil con unos bancos de madera que hay a la entrada del pueblo. Nos sorprendió que el parque no tuviera ni una sola papelera, ¿cómo se puede mantener limpio?, ¿cuesta tanto una papelera?. En España los Ayuntamientos pueden invertir un puñado de dinero en un parque infantil tremendamente moderno y no unos pocos cuartos en papeleras.  

El tiempo era espléndido y me quité el chubasquero, ya empezaba a sudar. La parada apenas duró 15 minutos, no llegamos ni a sentarnos. 

Reemprendimos la marcha por una calle empinada que va a parar a la Iglesia de San Sebastián, templo demasiado moderno para mi gusto. Se atraviesa por la plaza del pueblo y se reemprende el camino pegado a la carretera  que va a la urbanización de Vista Real. Esta la rodeamos por la derecha hasta enganchar con la carretera C-607 que une Cerceda con Navacerrada. Se enlaza en una curva antes de una cuesta de medio kilómetro. Una vez superado el repecho se atraviesa la carretera y se entra en Navacerrada por una de sus nuevas urbanizaciones. En la plaza de los Ángeles (Ayuntamiento) hicimos la segunda parada, apenas 5 minutos, para beber el agua fresquísima de su fuente. 

Desde aquí fuimos a coger la calle Abel (por su cuesta podría denominarse de Caín, esto es una broma de Pepe) que nos dirigió hasta el Hotel que está en la desviación del Puerto de Navacerrada. Seguimos durante 100 metros la carretera hasta la Fonda Real por donde atravesamos la carretera y cogimos la que se dirige al embalse de Navacerrada. En media hora de camino fácil se entra en Cercedilla, el cual se atravesó hasta la estación. Eran las 14:00 horas cuando llegué al bar de la estación .

A las 14:35 salió el tren y a las 16:00 llegaba a Atocha.     Los números del día son los siguientes: -

         Fecha  .- 9 de febrero del 2002.-         Pasos.- 30.837.-         Kilómetros.- 21,59.-  

       Tiempo andando.- 4 horas y 50 minutos. Una bonita excursión  que se puede hacer sin demasiado esfuerzo.  

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