Novena jornada: Alcazarén - Simancas. (9-6-2004)
Me despertaron los ruidos de las cigüeñas en el tejado, estaba amaneciendo. Dormir en la sacristía de una iglesia es una sensación única y puedo decir que dormí como un lirón. Recogí la mochila y me preparé para una nueva etapa. A primera hora de la mañana me siento con las fuerza intactas y renovadas las ganas de llegar hasta Santiago por este Camino solitario pero revitalizador de voluntades. Este recorrido es un retiro de nuestros problemas diarios, estos dejan de existir y sólo debe preocupar el estar atento a todas las cosas que nos traerá el día.
Con mi mochila recorrí toda la iglesia despidiéndome de un lugar magnífico y único. Lleve la llave al buzón del ayuntamiento y reemprendí la marcha. Me esperaban 16 kilómetros sin ningún pueblo.
A la media hora de empezar se llega a la finca Brazuelas donde se encuentra el primer cruceiro de esta ruta. Aquí se ha preparado un espacio peregrino con un cruceiro, un magnífico roble y un banco sobre unos jardines. Un lugar que alegra el corazón del peregrino.
El río Eresma se encuentra a la izquierda de nuestro camino que va a parar a una carretera comarcal. Pasado un puente y girando a la izquierda en poco tiempo empezamos a dislumbrar una ermita, Siete Iglesias. Siguiendo con nuestro camino atravesamos también el río Adaja el cual lo atravieso por un puente. Al rato llego a un pequeño pinar que se cruza entero. A la salida podemos ya ver Valdestillas, aunque tardé otra hora larga en llegar.
En este pueblo realice una parada para almorzar, llevaba casi cuatro horas andando y el cansancio empezaba a aparecer. El paso por este pueblo es por la calle principal, en el hay toda clase de servicios para el peregrino. Al final del pueblo se llega a la estación de ferrocarril y tras pasar las vías, por un puente, nos meteremos en otro pinar.
Esta es una etapa de grandes soledades, está dividida en dos espacios de 16 y 9 kilómetros sin pueblos que nos acojan. Los últimos tres kilómetros se hacen pegados a una carretera de bastante tráfico. Añadiré que el calor arreciaba y el cansancio me atenazaba, cuando llegue a Puente Duero, estaba auténticamente agotado. Así que me metí en un restaurante junto a la carretera. Estaba lleno de trabajadores, todos me miraron con extrañeza por mi pinta. Sorprendía tanto mi mochila como la vieira que llevaba colgada. Allí permanecí de las 2 a las 4 de la tarde para recuperarme del ejercicio y rehidratarme.
Puente Duero es una barriada industrial de la ciudad de Valladolid, que tiene como hecho más destacado el puente que atraviesa ese gran río. Nada más pasar el puente hay que coger a la izquierda paralelos al río, con multitud de huertas a uno y otro lado. Poco después se llega al enésimo pinar que nos llevará hasta el puente sobre el río Pisuerga. Tras él una importante subida lleva hasta el centro de Simancas. Yo continué hasta la parte buscando la Oficina de Turismo para que me orientaran de un lugar para dormir. Allí me atendió una muchacha muy agradable que me dirigió a una pensión en el centro y muy cerca del castillo.
Esta pensión estaba en una segunda planta en unas calles muy típicas y estrechas. La cama era grande y con sábanas. Esta noche dormiría como un príncipe. La casa era antigua y tenía cocina y saloncito para los residentes. Los dueños vivían en la planta de abajo y ese día no tenían más clientes, así que la casa era entera para mi. No dude un minuto y me di una magnífica ducha con abundante agua caliente. ¡Qué placer después de 31 kilómetros!. Eran la seis y media y me lancé con mis chanclas a conocer este gran pueblo. Dirigí hacia el extraordinario Castillo.
No puede entrar, las visitas están limitadas y la hora era inadecuada, pero un abuelo sentado en unos jardines me contó que fue construido en el siglo XV por el Almirante de Castilla Don Fadrique Enríquez donde antes había existido otro más antiguo que controlaba la invasión musulmana, aunque a lo largo del tiempo fue cambiando de manos. En el siglo XVI se decidió ubicar en el castillo el Archivo General del Reino, uso que todavía tiene actualmente. En determinados momentos también fue usado como prisión del Estado.
Muchas veces es conveniente que el peregrino establezca relación con los lugareños para que nos proporcionen informaciones de los sitios que pasamos. Su amabilidad fue tal que hasta me invitó a tomar una cerveza en la plaza, donde se encuentra la Oficina de Información.
Después de esta amena charla di una vuelta por las callejas topando con un restaurante que me pareció ideal para cenar, cosa que hice espléndidamente, para después continuar hasta las 10 de las noches visitando y observando las vistas de esta ciudad sobre el río Pisuerga que se han grabado como un grato recuerdo.
Los números del día son los siguientes:
Fecha .- 9 de junio del 2004.
Pasos.- 44285.Kilómetros.- 31 kms.
Hora de salida.- 7:00.
Hora de llegada.- 18:00.
Tiempo andando.- 8:00 horas
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